Escribiré un ciclo acerca de Trauma sexual. Tengo la Esperanza de que estas palabras alivien el corazón de much@s.
Distinción entre abuso sexual y transgresión de límites entre los herman@s.
Te invito a un viaje reflexivo, a poner atención en la respiración y en los pies que están en la tierra. Mira a tu alrededor, donde sea que estés, estás aquí, segur@, estás viv@, has pasado por muchas cosas difíciles y SOBREVIVISTE.
Experiencias de connotación sexual vividas con los hermanos es fuente de mucho dolor, tristeza, culpa, rabia y confusión.
Son experiencias tan fuertes, intensas, repentinas y tempranas que producen shock, congelamiento y olvido, hasta que llega el momento que aparecen en la consciencia y es un signo de salud. ¡Por fin! El sistema psico-biológico puede sostener, mirar, contener estas experiencias y sanar. Habla que estás en un momento de fuerza, de autocontención.
Cuando ocurre esto, un segundo paso es PEDIR AYUDA. Ser acompañado es necesario en la sanación de los traumas. Una de las cosas que ocurren como parte del trauma es que se vive la experiencia en soledad, sin contención y con mucho miedo.
Quiero hacer una distinción entre abuso sexual y transgresión de límites. La adolescencia es una etapa muy difícil del desarrollo humano. Muchos autores la denominan la «etapa psicótica». Un alto caudal de hormonas nuevas y desconocidas, como las hormonas sexuales, junto a un cerebro en desarrollo e incompleto. Las zonas del juicio, sentido común, ética, moral, postergación y control de impulsos están en proceso de maduración.
Sumado a esto, un sistema familiar y social que no está siendo capaz de educar a los niños y adolescentes acerca de estas sensaciones intensas que ocurren en el cuerpo, la claridad de poner reglas y normas amorosas en relación a respetar y conocer su propio cuerpo y el de los otros.
Agreguemos intensas experiencias traumáticas vividas en la familia,problemas familiares que se transmiten transgeneracionalmente y publicidad erotizadora. Lo anterior, da cabida a que ocurran experiencias de transgresión de límites entre los hermanos.
Experiencias dolorosas, confusas, que generan síntomas y que se olvidan como mecanismo de defensa, son transportadas hasta el momento que piden ser miradas. La invitación que hago es a mirar estas experiencias, CONTEMPLAR lo que sucedió, tomando firmemente de la mano al niñ@ o adolescente que sufrió esta transgresión.
Esto fue muy malo, muy fuerte, confuso y no debió haber ocurrido ¿dónde estaba papá y mamá? ¿Cómo alguien tan querido pudo haber hecho algo así? Son las preguntas que hace ese niñ@ y ahora tú, el del presente, puede responderle. Le puedes decir: “Sí, todo lo que viviste fue muy malo, tú eres INOCENTE. Lo que te ocurrió no tiene nada que ver contigo, fuiste víctima de un acto imperdonable. Lo que puedo decirte hoy, es que no estás sol@, ahora yo te veo y te acompaño, antes no pude, ahora puedo. Y buscaré ayuda para ayudarte y comprender qué ocurrió.”
Volver a mirar la experiencia para culpar al que hirió tu inocencia es no avanzar, es seguir repitiendo dentro de ti el acto trasgresor. Es seguir confundid@ en ese lugar que HOY ya no está.
Vuelve a mirar acá afuera, tu pieza, el lugar donde estás leyendo esto, vuelve a percibir tu cuerpo, tienes un cuerpo que contiene todo tu ser, tus emociones y estás viv@.
CONTEMPLAR esa experiencia para buscar caminos de sanación es el gran paso, buscar apoyo en las redes, buscar compañía virtual, es un grito de ayuda, pero no te sana. Puede convertirse en más dolor para tu niñ@ transgredido. La invitación para sanar es otro adulto que conozca los caminos de salida. Un terapeuta que conozca caminos de sanación, que no esté tomado por la dinámica víctima/perpetrador.
Trabajar la transgresión como un trauma psico-biológico-familiar-social.
Si tú fuiste el transgresor, también es una experiencia dolorosa, fuerte, intensa e incomprensible. Talvés esa experiencia la estás ahogando en diferentes adicciones: alcohol, drogas, adicción al sexo, promiscuidad, represión, al trabajo y el olvido.
Tú también estás en trauma, lo que hicistes es IMPERDONABLE. Es cierto, ese acto y esas acciones no tienen perdón y es algo que vas a llevar toda la vida si te haces consciente del daño que provocó. También es cierto que estabas confundido, raro, perdido, ignorante y descontrolado, lejos de ti mism@ y eras un adolescente.
Tú no sabías, ahora lo sabes y es tu oportunidad de acercarte a la víctima y ayudarla a su sanación. Si la víctima se sana tu te sanas, decirle “lo que te hice fue muy malo, eso no se le hace a un familiar y menos un niñ@, me equivoqué, es imperdonable y te puedo decir que yo soy el único responsable, tú eres inocente, y SOLO yo he de llevar esta culpa.”
Actualmente existen terapias reparatorias para ambos adolescentes, el que cometió la transgresión y el que recibió la transgresión. Tenemos terapias que sanan los traumas como Somatic Experiencing que acompañan a ampliar la mirada y traen a las personas a la autorregulación y a liberarse de la dinámica de víctima/perpetrador.
Como sociedad tenemos una gran responsabilidad de estas experiencias traumáticas, IGNORANCIA, falta de una educación sexual, a nivel familiar y educacional, la represión sexual, discriminación y traumas son las causas reales de situaciones de Trasgresión de los Límites.
Los traumas no ocurren en el aire, ocurren en un CONTEXTO, en la Familia. Es necesario que trasgresiones y abuso sexual sean puestos y mirados también desde la mirada SISTÉMICA, buscar las CAUSAS de por qué estas experiencias se repiten transgeneracionalmente es un deber de consciencia. Para terminar desde la raíz con estas experiencias que son heridas del corazón y no se vuelvan a repetir.
También es una responsabilidad personal de rescatar al niño o niña herida que está en el interior del adult@ y sanarl@ en su integridad, en terapias reparatorias, terapias que ayuden al cuerpo a descargar la energía de trauma alojadas en él, que se observan en síntomas como crisis de angustia, ansiedad, fibromialgia, dolores crónicos, disociación, confusión, enfermedades inmunológicas, depresiones, adicciones, etc.
Y actualmente, desde la Neurociencia, hay respuesta para sanar dichos dolores integralmente. Terapias como la neural, el enfoque psicosomático (Somatic Experiencing y otras terapias corporales de sanación de traumas) y las constelaciones familiares ayudan enormemente al adulto a recuperar al niñ@ herido y empoderan al adulto para vivir un presente con el amor en plenitud.
También ayudan mucho los grupos de apoyo de personas que han vivido experiencias similares, como un espacio de contención y de integrar lenta y suavemente las experiencias difíciles vividas al compartirlas con pares.
Asimismo el apoyo de grupos de padres y madres que no pudieron, no supieron cómo lidiar con estos hechos, será positivo. Que sean acompañados, sostenidos y educados para poder convivir con estos hechos de una manera amorosa y no culpógena. Así liberarlos para poder abrazar a ambos hijos por igual.
Como sociedad tenemos la responsabilidad de educarnos, informarnos, modelar y enseñar a los niños y adolescentes acerca del respeto y cuidado del cuerpo tanto del propio como del otro. Educando a los padres, para que desde el inicio del hacer familia existan reglas de pudor, cuidado en la exposición del cuerpo y conocimiento de las etapas del desarrollo de los niños. Siendo modelos de una vida sexual íntima y cuidadosa.
Hoy podemos sanarnos, hoy podemos acompañar a los herid@s, hoy podemos transformar esta herida en una herida sagrada que nos impulsa individual y comunitariamente a ser conscientes y dar un paso más a estar despiertos y presentes hoy.
Abrazo a tod@s los que han vivido estas difíciles experiencias y les digo: esto pasó, ya es hora de sanar y hoy pueden liberarse de estas experiencias y colocarlas en un lugar del corazón, para que no ahoguen todo el corazón ni te impidan amar.
Vilma Bustos.