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Un largo camino de sanación
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Caminando hoy por las calles en que la primavera se está insinuando en los árboles embarazados y estrellados, reflexiono acerca de cómo voy a escribir del trauma sexual en la infancia de una manera suave y dulce, en que los que lean sientan mi mirada acunando sus corazones. Y aparece la imagen de hablarle a la niña o niño herido y a su adulto.
Diagramo en mi mente el partir en dos esta hoja donde escribiré: una columna es para que me lea el adult@ y la otra columna el niñ@.
Imagino pedirle al adult@ que si la niña o niño quieren ir a jugar, lo permitan, pero conociendo a los niños, tan curiosos, probablemente muevan la cabeza con un «no» y digan “quiero quedarme contigo”.
Y aquí, con tu niño y niña pegadit@, puedo contarte que, lo que le das hoy, esa compañía, sostenimiento, el verl@ y escucharl@, es lo que no tuvo cuando fue trasgredid@ en su ser. Esta compañía incansable y consciente, que no pudo recibir de los que debían cuidarlo, protegerlo, escucharlo, la recibe de ti HOY.
Estoy segura que si le pregunto a tu niñ@ “¿cuándo terminó esa experiencia?” Las respuestas que aparecerán son insospechadas: “se murió el padre/abuelo/tío/vecino”,
“ocupa mi lugar la perrita nueva”, “nos cambiamos de casa”, “crecí y me fuí”, “un día me enojé con él o ella”. Es así, hubo un momento en el tiempo en que esta experiencia tan difícil SE ACABÓ.
Esta experiencia que rompió en muchos pedazos el corazón del niñ@, como una forma de sobrevivencia quedó fija en el tiempo y escondida en todas las células de la memoria, esperando ser recogida amablemente para ser zurcida con lo único que sana: el AMOR.
El primer paso para la sanación de esta experiencia tan abrumadora es volver al cuerpo, en aquel tiempo allá atrás. El niñ@ tuvo que salirse del cuerpo, desconectarse, se disoció para poder sostener lo que le ocurría en el cuerpo.
La experiencia de trasgresión de un adulto hacia un niñ@ es abrumadora. El sistema nervioso del niñ@ no está maduro para poder digerir, decodificar, comprender y tantas sensaciones que le recorren en el cuerpo. Por un lado, altas dosis de dopaminas y endorfinas—hormonas de placer—y, por otro lado, altas dosis de adrenalina y cortisol— hormonas del estrés que impulsan a la lucha o huida—. Esta contradicción hormonal provocan un gran desajuste interno, una locura corporal unida a la experiencia de que es un adulto conocido, que tiene poder sobre él o ella—familiar, sacerdote, vecino, amigo de la familia—y es otra información que el niñ@ no logra decodificar.
Son como varios software a la vez en un computador en desarrollo.
NO ES POSIBLE para el niñ@ decodificar esta información tan confusa, nueva y que debe mantener en secreto por amenaza o porque cuida a su ya perturbado sistema familiar. Entonces, el sabio sistema del niñ@ se congela, de esta manera se apaga para no explotar, o enloquecer.
¡Sobrevive!
A lo largo del tiempo esta información se guarda allí, en el cuerpo donde quedó sin traducir. Así el/la niñ@ crece, se fortalece y su sistema aprende lenguajes que leen los softwares. Vive otras experiencias que sí son leídas, decodificadas de manera adecuada y que le generan alegría, vitalidad, esperanza, experimenta el ser amado y amar desde un lugar protegido, su cerebro ha madurado.
Y comienza a caminar.
En días de primavera, en días de invierno, en días de otoño, en días de verano. Comienza a percibir que algo no anda bien, en primavera se siente en invierno. A veces, en pleno goce de la caída de las hojas del otoño, ya no ríe ni llora. Las relaciones comienzan a vivirse sin esperanza, sin risas, sin árboles preñados de primavera, sin árboles estrellados. Allí, en el cuerpo, comienzan a aparecer las señales de que algo llama, algo pide ser visto.
Esos softwares no traducidos piden ser decodificados para dejar espacio al sistema, para aliviar al cuerpo que puja para tener más sonrisas y abrazos sin miedos, poder bañarse en las primaveras, sonreír en las lluvias de inviernos y ducharse de sol en los veranos .
El cuerpo quiere VIVIR.
¿Cómo sanarse?
¿Cómo decodificar estos softwares?
El lenguaje del cuerpo es la SENSACIÓN.
Llegar a decodificar esos softwares contradictorios se hace a través de la consciencia de las sensaciones. En el cuerpo está la sanación, el cuerpo sabe cómo digerir y decodificar el caos para traer el orden.
Es necesario caminar despacio, es necesario pedir ayuda a un terapeuta que conozca acerca de los softwares del cuerpo y que sea un expert@ en sí mism@ en la traducción de sus propios llamados corporales.
Las claves para la elección de esta importante compañía es que conozcas personas que han sido acompañadas por este terapeuta y se vean saludables, funcionando bien y viviendo felices.
Otra clave de elección es chequear si este terapeuta tiene una agenda propia o está centrado en lo que realmente necesitas. No basta decir “debes perdonar a tus padres» o «tienes que hacer esto o lo otro», este tipo de terapeuta no te verá. Debe acompañarte en un camino de autosanación.
También es importante que quieras un terapeuta que se sienta cómodo en su cuerpo, con su propia sexualidad. No querrás a alguien que quiera llevar adelante su curación a expensas de la tuya.
Te mereces volver al cuerpo con amor, de manera suave, dulce y despacio, siendo contenid@ y decodificando los softwares uno a uno, para que el caos se convierta en un orden saludable, que te lleve a la vida y a la conexión.
Sufriste una herida, pero hoy tienes los recursos para sanarte y están dentro de ti. Está en tus manos ir muy despacio para reencontrarte con todos esos pedacitos dispersos de ti mism@.
Hoy puedes conocer el lenguaje de esos softwares, decodificarlos, ponerles nombres, etiquetarlos y colocarlos en un lugar dentro de ti que te permita seguir creciendo, amando y desarrollándote como un ser humano creativo, solidario y compasivo.
Tu niñ@ herid@ te está esperando.
Lo miro, la miro y le guiño el ojo para que te tome de la mano y te empuje hacia las nuevas primaveras que nacen de los lluviosos inviernos, para correr a los abundantes veranos que te llevarán a los poéticos otoños.
La VIDA te espera.
Abrazo a todos los niñ@s que están esperando en aquella estación del miedo y de la vergüenza. Hoy les digo ¡¡¡¡hay primaveras que los esperan!!!!
Recomiendo la lectura de Peter Levine Trauma Sexual: Una herida Sagrada.
Recomiendo Terapeutas de Somatic Experiencing, para tratar estos temas.
Vilma Bustos.
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