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Trauma y Sanación: siete pasos a seguir en un camino de otoños, inviernos, primaveras y veranos.
Para sanar los traumas, que no son el evento traumático en sí mismo, sino que la regulación del sistema nervioso autónomo, se necesita de paciencia, tiempo y espacio. Debes responder el llamado del alma, que suavemente te llama por tu nombre para que muevas lentamente tu cabeza y mires tu corazón roto, trizado y congelado en un espacio de no tiempo.
En primer lugar, debes escuchar la invitación. El dolor, el cansancio, la rabia, la pena y las emociones en general son sonidos que usa tu alma para llamar tu atención y detener tu movimiento.
En segundo lugar, debes observar tu hogar. ¿Cuántas cosas hay de más? Comienza a desprenderte de lo innecesario, regala lo que no usas ni necesitas. Espaciar el espacio es necesario para sentir la amplitud a través de tu cuerpo.
En tercer lugar, debes mirar tu corazón y preguntarle quiénes son las personas con quienes disfrutas, te sientes seguro, ríes y juegas. Haz una lista y organiza encuentros diarios, como el Zorro y el Principito, cultiva la amistad y la cercanía. Necesitas una red que te contenga.
En cuarto lugar, pregúntate qué te gusta hacer con las manos. Puede ser jardinear, tejer, pintar, cocinar, bordar, tocar música, escribir, esculpir, limpiar, peinar, o lo que sea. Pon atención y consciencia en tus manos cada vez que realices estas actividades para estar presente.
En quinto lugar, inicia una rutina de caminar, un andar lento. Solo debes caminar, sin el teléfono, sin prisa. Esto servirá para que estés atent@ a tu congreso interno, todas las voces que viven en tu interior, y las identifiques, las nombres y dales la bienvenida sin juicios. Este es el inicio del autoconocimiento.
En sexto lugar, busca tus creencias en tu baúl interior. Busca tu fe, aquella que se esconde en un rincón de tu infancia, debes desempolvarla y ponerla en un lugar visible. No importa el nombre. Si no la encuentras, pregúntate por qué sientes devoción. Puede ser la naturaleza, la música, el arte, una persona, una parte de ti misma, una oración, una frase, lo que sea. Lo importante es que le des un espacio visible en lugares que te recuerden que hay algo Más Grande que existe y te mira con Amor.
En séptimo lugar, busca una foto de tu niñ@ y ponla en tu velador. Saluda a tu niñ@ todos los días y dile “eso que pasó, ya pasó”, luego ofrécele algo entretenido para ese día. Así, poco a poco, vas a ayudarl@ a sacar el miedo, la vergüenza y el sinsentido.
Incorpora estos siete pasos en tu día a día para generar CALMA en tu interior. Esta es esencial para iniciar un tratamiento de sanación de trauma, ya que una secuela de este es la vivencia de vulnerabilidad y la sensación de falta de poder. Estos siete pasos están en tus manos, son una invitación a empoderarte.
Vilma Bustos Coli
Psicóloga Clínica PUC
Consteladora Familiar
Experta en trauma individual y social
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